A veces pareciera que el atajo para vender en el exterior es abrir una tienda online y simplemente centralizar allí todos los países en que se distribuirá y venderá el producto o servicio, pero en nuestra búsqueda de estrategias, encontramos que ésta no siempre es la mejor respuesta para todos los casos. Entonces, ¿cuál es la mejor manera de lograr que una marca local tenga presencia global?
Definimos estrategias con una lógica local
Cada vez más empresas y emprendedores buscan abrirse a nuevos mercados; y en un contexto mundial sacudido por cambios constantes, puede resultar muy cómodo tomar el camino fácil y no el más eficaz. Mientras el ecommerce se afianza y cobran auge nuevas estrategias de marketing adaptadas a la era digital, nosotros seguimos entusiastas en la búsqueda de nuevas formas de crecimiento y transformación que se adapten a cada uno de nuestros clientes, su esencia y sus valores.
Cuando una marca exporta productos a otros países y otros continentes, la respuesta obvia (por no decir “fácil”) siempre puede ser zambullirse en el ecommerce y abrir tiendas online, con énfasis en el branding y control de precio, envío, etc.
Pero en nuestro equipo multinacional y multicultural sabemos que cada país representa un contexto muy particular: diferentes climas, diferentes territorios, sus propias problemáticas, su nivel promedio de ingresos, diferentes costos de logística; todo eso sumado a situaciones comunicacionales y culturales que son particulares de cada lugar y que no se pueden resolver ni fácil ni globalmente.
Así como “cada cabeza es un mundo”, usamos el mismo enfoque cuando queremos posicionar a alguno de nuestros clientes en un país o continente nuevo. Cada país es un mundo y merece una estrategia planificada y localizada.
Internacionalizar el mensaje
Apostamos a la comunicación internacional, porque entendemos que hay formas más eficientes de llevar una marca a otros mercados:
Buscamos que el público local pueda percibir la esencia del producto e incorporarla cómodamente en su propio contexto social y geográfico; generando empatía, y hasta fidelidad, a largo plazo.